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Obesidad y cultura urbana [4-5-16]

 
Obesidad y cultura urbana

Mientras que esta migración ha proporcionado una variedad de oportunidades de empleos, también ha causado severos problemas de salud.

El rápido crecimiento del trabajo informal de vendedores de puestos en la vía pública, que venden desde ropa interior hasta iguanas, ha creado un enorme mercado también de comidas rápidas locales, como hamburguesas, banana frita, arroz frito y múltiples licuados.

El índice de masa corporal demostró que un tercio de la población latina era obesa o pre-obesa, obteniendo el mayor porcentaje Jamaica, y el menor Haití. Se está observando cada vez mayor cantidad de pacientes con sobrepeso, especialmente en las mujeres. A pesar de ello, no es raro encontrar madres con sobrepeso u obesas con hijos desnutridos. Asimismo estas madres son frecuentemente anémicas y con un déficit nutricional proveniente de una dieta pobre en hierro y micronutrientes esenciales. En consecuencia, los niños nacen con bajo peso y, como no son alimentados exclusivamente por lactancia, y luego durante el crecimiento no comen dietas adecuadas, permanecen con bajo peso en la infancia. Paradójicamente, ésto puede aumentar el riesgo de ser obesos a lo largo de sus vidas. Dichos niños parecen tener más posibilidades de desarrollar síndromes metabólicos (obesidad abdominal con hipertensión, diabetes y dislipemia), comparados con aquellos nacidos con peso adecuado, de madres bien nutridas.

A mediados del siglo pasado, dos tercios de la población vivía en áreas rurales, actualmente las tres cuartas partes vive en ciudades. Las dietas rurales no siempre son saludables, excepto por el acceso a comidas frescas y el ejercicio frecuente que requieren las tareas del campo, pocas son las familias que pueden comer proteínas y utilizan grasa animal para freír.
La migración a la ciudad reduce el tiempo y la oportunidad para realizar ejercicios. Aquellos que trabajan en puestos en la vía pública pasan largas horas de pie o sentados, y en las grandes ciudades permanecen mucho tiempo en los micros que los transporta a sus trabajos. Con respecto a los niños de las ciudades no suelen salir a jugar al parque, sino mas bien permanecen en sus casas enfrente de una computadora o de un televisor.

Para algunos investigadores, el factor clave en la obesidad, en los latinoamericanos pobres, se basa en la economía. En 1965, la gente de todos los poderes adquisitivos tenían una dieta similar. A pesar de que la población de bajos ingresos comía cortes de carne más baratos, menor variedad de frutas y verduras, y menor cantidad en general que los consumidores adinerados, aún así, tenían una dieta variada y balanceada. Luego de la década del 90, dicha situación cambió completamente. Actualmente, la dieta de los pobres se limita a 22 productos básicos, que se seleccionan para satisfacer el apetito, pero son altos en grasas y en carbohidratos.

Las mujeres tienen una larga jornada laboral, realizan poco ejercicio, y tienden a sacrificarse ellas mismas para mantener la salud de sus familias, dándoles prioridad a sus maridos y a sus hijos, mientras que ellas se alimentan a pan y mate.
Las bases de política universal deberían ser que la gente tuviera suficientes ingresos para comprar lo que ellos quieran comer, y la información necesaria para saber cómo elegirlo. Las escuelas también deberían tomar parte, integrando a la nutrición como una materia, eliminando a la comida “chatarra” de sus premisas, e incentivando el ejercicio físico. La política nacional puede tomar una mayor medida de control de los puestos de alimentos en la vía pública, asegurándose que toda la población tenga acceso a una dieta saludable, culturalmente aceptable y nutricionalmente adecuada.

ASPECTOS DESTACADOS

¿A qué pregunta responde este trabajo?

Este artículo nos hace tomar conciencia que para los que vivimos en grandes ciudades, deberíamos prestarle más atención a nuestra alimentación y al ejercicio físico, para mantener una vida saludable y poder evitar la obesidad y sus complicaciones ya desde niños.

¿Qué aporta a lo que ya se conocía del tema?

Los puestos de comidas rápidas en la vía pública son utilizados más frecuentemente por aquellas personas de bajos recursos; igualmente quien atiende dichos puestos, suele provenir del interior en busca de diferentes oportunidades laborales. Todas las clases sociales deberían tener acceso a una alimentación adecuada.

¿Cómo influye en mi práctica cotidiana?

Debería brindarse educación nutricional y control en los puestos sanitarios. En cuanto a las madres embarazadas es importante una buena alimentación para deparar el futuro de los niños, evitando así múltiples enfermedades relacionadas a la carencia nutricional.
 

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