28/4/16

Variedad, prudencia y moderación [28-4-16]


Variedad, prudencia y moderación

Para lograr y mantener un peso deseable no hay necesidad de pasar la vida haciendo dietas. Por el contrario, lo mejor es adoptar un esquema de vida activa en la cual la alimentación esté sustentada en principios fundamentales, como son:

  1. la variedad en la selección de los alimentos,
  2. la preparación de éstos utilizando los recursos culinarios que sabemos son más sanos y
  3. la moderación aplicada al tamaño de las porciones que van a integrar cada comida.
Variedad 

Debido a que ningún alimento es capaz de aportar todos los nutrientes que el cuerpo humano necesita, es necesario integrar las comidas con alimentos variados, de tal manera que el contenido nutricional de cada uno complemente las deficiencias de los otros. Así, un plato de papas al vapor, con pollo horneado y una colorida ensalada puede contener los carbohidratos, las proteínas, las grasas, las vitaminas y los minerales que el organismo necesita.

A su vez, debe aplicarse el concepto de variedad a cada una de estas fuentes de nutrientes, porque si bien es cierto que cualquier cereal, raíz o tubérculo puede considerarse buena fuente de carbohidratos, cada uno de ellos tiene un contenido diferente de otros nutrientes igualmente importantes. Es el caso del mayor contenido de vitamina C de la papa en comparación con el arroz y del mayor contenido de fibra de la yuca en comparación con la papa. Hasta entre los vegetales frescos y las frutas (cuya riqueza en vitaminas es muy conocida), se observan diferencias importantes en cuanto a la presencia de los nutrientes.

Prudencia en la preparación 

La manera de preparar un alimento es un factor fundamental para un esquema alimentario sano. Un ejemplo muy conocido se encuentra en las diferentes formas de cocinar las papas. Hay enormes diferencias entre una papa grande cocida al horno con su piel y una ración de papas fritas. Son diferentes en su contenido de grasa, en su contenido de fibra y en su contenido de vitamina C.

Sin embargo, con frecuencia se ve que la ventaja de la papa al horno en lo que su contenido de grasa se refiere, se pierde cuando le agregamos mantequilla, crema agria, queso y trocitos de tocineta frita. El uso de los aceites y las mantecas en la cocina es uno de los factores que requiere de un manejo cuidadoso para evitar que un nutriente tan importante como la grasa se convierta en promotor de mayores riesgos ante la amenaza de las enfermedades crónicas.

Tamaño de las porciones
 
Un tercer elemento crítico es el volumen de comida que nos servimos en el plato. Por muy sana que sea una comida, siempre existe la posibilidad de daño a la salud si nos olvidamos de la moderación a la hora de servirnos. En alimentación, más que en otras circunstancias de la vida, tiene una enorme validez el concepto de que una cosa buena no es mejor si se utiliza o se consume en cantidades mayores.

Un ejemplo sencillo, lo encontramos en las ensaladas. El consumo exagerado de ensaladas de hortalizas o vegetales crudos puede ser capaz de producir molestias digestivas importantes, además de ser vehículo de cantidades mayores de aderezos (muchos de los cuales tienen alto contenido de grasa). Aun los alimentos generalmente conocidos como sanos deben consumirse con moderación.

Una alimentación sustentada en estos tres principios, como parte fundamental de un estilo de vida activo, es básica para lograr y mantener el peso que deseamos.

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